Estudios lo confirman: Vivir rodeados de vegetación nos puede salvar la vida
Los académicos recomiendan que sus hallazgos sean considerados a la hora de planificar las ciudades, incorporando espacios para el crecimiento de árboles y plantas en el diseño urbano.
De acuerdo con los resultados de un amplio estudio, vivir rodeados de verde, tener un jardín, cultivar árboles, disminuye el riesgo de muerte. La conclusión complementa la evidencia de que vivir en un ambiente natural es bueno para la salud mental.
Los investigadores encontraron que las mujeres que viven en lugares con más vegetación tenían un riesgo 34% menor de morir por enfermedades respiratorias y un 13% menor de morir por cáncer,
en comparación con las personas cuyas residencias estaban menos
rodeadas de vegetación. En total, la tasa de mortalidad de las personas
rodeadas de naturaleza fue un 12% menor.
El estudio también muestra que el ambiente natural tiene un efecto positivo en la salud mental.
Los académicos, de la Universidad de Harvard y del Brigham and Women’s
Hospital, recomiendan que sus hallazgos sean considerados a la hora de planificar las ciudades, incorporando espacios para el crecimiento de árboles y plantas en el diseño urbano.
El estudio usó información médica de más de 100.000 mujeres estadounidenses, recopilada entre los años 2000 y 2008.
Luego, los índices de riesgo de
muerte fueron comparados con los niveles de vegetación al rededor de las
casas de las participantes, la que se midió usando imágenes
satelitales, informa The Independent.
También se tomaron en cuenta otros factores, como la edad, el estatus
socioeconómico, el consumo de tabaco, la raza y la etnicidad.
Peter James, un investigador asociado de
la Escuela Chan de Harvard, dijo: “Estábamos sorprendidos al observar un
nivel tan fuerte de asociación entre la alta exposición a un ambiente
más verde, y las bajas tasas de mortalidad”.
“Estábamos más sorprendidos aún cuando
encontramos que los grandes beneficios asociados a vivir en un ambiente
con mucha vegetación, también están conectados con una mejoría de la
salud mental”, agregó James.
“Sabemos que cultivar vegetación puede
ayudar al medio ambiente, al reducir el exceso de aguas servidas,
reducir el carbono y mitigar los efectos del cambio climático. Nuestros
nuevos descubrimientos sugieren el potencial co-beneficio de mejorar la
salud, que ofrece a los urbanistas, arquitectos, paisajistas y
legisladores una nueva herramienta para cultivar espacios más
saludables”, continuó el experto.
El estudio fue publicado online en la revista Environmental Health Perspectives, y sintetiza sus conclusiones en la idea de que el 30 por ciento de los beneficios de vivir cerca de la vegetación, se debe a los bajos niveles de depresión fomentados por un ambiente natural.
Otros factores podrían ser baja
exposición a la contaminación del aire, menor contaminación acústica,
más posibilidades de interacción social y mayores oportunidades para
hacer actividad física.
En 2013, científicos de la Universidad de
Exeter usaron imagen de resonancia magnética para monitorizar los
cerebros de personas, buscando explicaciones para el estrés urbano.
Lo que encontraron en ese estudio fue que hay un área del cerebro asociada al estado meditativo y de calma,
la que se activa cuando las personas miraban fotografías de paisajes
naturales. En contraste, las imágenes de medios urbanos influyeron en
una significativa demora de esta área cerebral en reaccionar.
En el momento en que se publicó ese
estudio, el Profesor Michael Depledge, entonces científico de la Agencia
Medioambiental, sugirió que las personas que viven en áreas urbanas podían estar sufriendo de la misma manera en que lo hacen los animales en cautiverio.
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