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Entrevista sobre Baños de Bosque al Dr. Raúl Espert
Autores: Ana Orduña Ruiz, psicóloga del Creap; José María Marcos Insa y David Marco Chico, integradores sociales del Creap.
Doctor en Psicología y profesor titular en el departamento de Psicobiologia de la Facultad de Psicología de la Universitat de València, experto en Neuropsicología Clínica en el Hospital Clínico Universitario de Valencia desde 1999.
Autor de 86 publicaciones internacionales y nacionales, 158 ponencias en congresos, 200 conferencias y cursos en 8 países.
Premio a la excelencia docente en 2009 (Consell Social de la Universitat de València y Consellería d'Educació de la Generalitat Valenciana. Premio Nacional de Neuropsicología en 2016 (CNC).
Divulgador científico y autor del canal Neurociencias de dailymotion con más de 40 millones de reproducciones de video.
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Los baños de bosque se han convertido en una práctica popular en todo el mundo, ¿podría explicar cómo están siendo adoptados por diferentes ámbitos, desde la medicina hasta el turismo, y cuál es su impacto potencial en nuestra sociedad? Además, ¿podría profundizar en los componentes psicobiológicos que explican los efectos positivos de esta práctica en nuestra salud mental y física?
De momento, el impacto de la práctica de los “baños de bosque” (Shinrin-Yoku) es residual y los médicos no lo están “recetando” de forma masiva en nuestro país dado que, en su mayoría, desconocen la ciencia que se oculta tras un paseo por una masa forestal.
Su impacto potencial en la salud de la población es enorme y equivalente a “recetar” ejercicio físico en personas con o sin patologías. Los efectos positivos son multidimensionales, y abarcan desde una mejora en el estado de salud mental (menor nivel de estrés, tristeza, hostilidad y confusión y mayor sensación de vigor, medidas por el cuestionario POMS) hasta un incremento notable (más del 30%) en el recuento de células NK (natural killers) y proteínas como las perforinas y granulisinas. Este incremento en el sistema inmunitario permite luchar de una forma más vigorosa contra virus, bacterias y hasta el propio cáncer.
El shinrin-yoku es una práctica rodeada de beneficios para la salud. ¿Podría explicar cuáles son los beneficios más relevantes y cómo afectan a nuestra salud psicológica y física? ¿Cómo afecta la inhalación de compuestos químicos emitidos por los árboles, como las fitoncidas, a nuestro sistema nervioso y a nuestra salud en general? ¿Existen estudios científicos que respalden estos beneficios?
Existen más de 200 artículos científicos, y entre ellos revisiones sistemáticas y metaanálisis, que respaldan los efectos sobre la salud de unos compuestos volátiles presentes en los árboles llamados genéricamente fitoncidas, compuestos orgánicos volátiles derivados de plantas. La palabra “fitoncida” significa "exterminado por la planta", fue acuñada en 1928 por el Dr. Boris P. Tokin, un bioquímico ruso de la Universidad de Leningrado. Descubrió que algunas plantas emiten sustancias muy activas que les impiden pudrirse o ser devoradas por algunos insectos y animales. Numerosas especias, la cebolla, el ajo, el árbol del té, el roble, el cedro, la robinia, el pino y muchas otras plantas emiten fitoncidas.
Se han descubierto más de 5.000 sustancias volátiles defienden las plantas de las bacterias, los hongos y los insectos que las rodean. Las fitoncidas trabajan para impedir el crecimiento de estos agentes externos potencialmente patógenos que atacan las plantas. Concretamente el pino, el cedro o el cirpés (algunas de las especies arbóreas más abundantes en nuestro país) contienen alfa y beta pineno, careno, canfeno, b-limoneno, mirceno, y otros terpenos que, inhalados a través del aire tienen unos efectos antioxidantes, antiinflamatorios, analgésicos (mitigan el dolor), antidepresivos, ansiolíticos, antimicrobianos, antifúngicos, miorrelajantes, gastroprotectores o inhibidores de la creación de placas de ateroma. Algunos de estos compuestos activan el sistema nervioso parasimpático, provocando relajación bajadas notables de cortisol y adrenalina (hormonas implicadas en el estrés) y tienen efectos hipnóticos (las personas duermen mejor) y procognitivos (pueden mejorar la memoria a través de un efecto anticolinesterásico).
La práctica del shinrin-yoku implica sumergirse en la naturaleza y desconectar del mundo digital y urbano. ¿Podría profundizar en el proceso a seguir para realizar un baño de bosque? ¿Es necesario seguir una ruta o planificar la visita al bosque de alguna manera, o es mejor dejarse llevar por el entorno natural? Además, ¿cómo afecta esta práctica al funcionamiento de nuestro cerebro y a nuestra capacidad de atención?
Visitar un bosque es lo único que se debe hacer. Algunos han inventado un protocolo (que incluye mindfulness y técnicas de respiración profunda) para “comercializar” esta práctica, pero lo realmente importante es sumergirse en un bosque (independientemente de la actividad física) y hacer inspiraciones nasales del aire que contiene las fitoncidas.
En algunos experimentos los investigadores sacaron sangre y midieron las células NK, perforinas y granulisinas (proteínas de carácter defensivo de nuestro sistema inmunológico) en personas que pasearon entre 3 y 5 kms durante dos horas (a paso lento) contemplando la naturaleza y en otras que simplemente estuvieron sentadas durante esas dos horas y no encontraron diferencias en las elevaciones de dichas células y proteínas.
Así pues, no existe un protocolo explícito para beneficiarse de estas sustancias volátiles. Solamente hay que visitar un bosque como mínimo una vez al mes (lo ideal serían 2) para obtener los beneficios psicológicos y fisiológicos antes comentados.
Los espacios naturales muy diversos, y no todos pueden ser igualmente adecuados para la práctica del shinrin-yoku. ¿Podría exponer cuáles son las características específicas que debemos buscar en un entorno natural para poder realizar un baño de bosque de forma efectiva?
Las especies arbóreas del grupo de las coníferas (pinos, abetos, pinsapos, cedros y cipreses), muy abundantes en la península ibérica, han sido las más estudiadas en los experimentos por la abundancia de monoterpenoides (componentes de las esencias volátiles de las flores, plantas y árboles y como parte de los aceites esenciales de hierbas y especias).
Realmente, cualquier tipo de espacio forestal (incluyendo espacios como el jardín del Turia, el parque del retiro u otros grandes parques urbanos) es adecuado para la práctica del Shinrin-yoku. Incluso hay experimentos que obtienen los mismos resultados beneficiosos en hoteles o apartamentos, a los que se le añade al sistema de climatización aceites esenciales de plantas, flores o árboles que el paciente inhala de manera pasiva sin ser consciente de que forma parte de un experimento.
Profundizando en los efectos terapéuticos, ¿cómo se relacionan los efectos físicos de la práctica del shinrin-yoku, como la reducción de la presión arterial y la mejora del sistema inmunológico, con los efectos psicológicos?
Los efectos fisiológicos y psicológicos de la “terapia del bosque” están intrínsecamente conectados, dado que la activación del sistema nervioso parasimpático (vinculado con la relajación) que produce esta práctica reduce la presión arterial, la frecuencia cardíaca y respiratoria y la producción de cortisol y adrenalina. De forma inmediata se percibe un mayor bienestar, mejorando parámetros como la sensación de vigor, provocando la reducción de la tensión (ansiedad), depresión, fatiga y hostilidad medidas a través del cuestionario POMS (perfiles del estado de ánimo) muy utilizado como variable dependiente psicológica en estos experimentos, además de mejorar el patrón de sueño o la agresividad y bajar significativamente el cortisol (una de las hormonas del estrés) en saliva y de adrenalina en orina.
La práctica del shinrin-yoku puede aportar beneficios concretos a las personas con diagnóstico de trastorno mental grave. ¿Podría explicar cómo puede influir esta práctica en las personas diagnosticadas y cómo puede mejorar su bienestar.
Por todo lo expuesto anteriormente, los beneficios de dicha práctica son potencialmente muy beneficiosos para personas que sufran trastorno mental grave (esquizofrenia o trastorno bipolar, entre otros). De hecho, un reciente metaanálisis publicado en 2022 por un grupo coreano, titulado «Effects of Forest-Based Interventions on Mental Health: A Meta-Analysis of Randomized Controlled Trials», concluye que el shinrin-yoku puede mejorar la salud mental tanto como el tratamiento psicofarmacológico.
En ese sentido creo que desde instituciones públicas como el Creap de Valencia (Centro de Referencia Estatal de Atención Psicosocial a personas con trastorno mental grave) debería potenciarse e investigarse (mediante proyectos multidisciplinares en los que se incluyan investigadores psicólogos y médicos) los “baños de bosque” como terapia coadyuvante al tratamiento psicológico y farmacológico.
¿Cómo afecta la desconexión digital y la reducción del estrés a nuestro sistema nervioso y a nuestra salud mental en general? ¿Considera que la desconexión que los seres humanos tenemos con la naturaleza puede ser uno de los motivos del aumento del consumo de ansiolíticos y otros medicamentos para tratar trastornos mentales? ¿Podría profundizar en cómo puede el shinrin-yoku ayudar a reducir este problema?
Como he comentado anteriormente, el shinrin-yoku tiene unos claros efectos antidepresivos y ansiolíticos y ayuda sobremanera a combatir la excesiva digitalización asociada al trabajo rápido. Considero que adentrase en un bosque y desconectar los dispositivos electrónicos que usamos a diario durante un par de horas pueden tener un profundo impacto en nuestra salud psicológica, porque nos ayuda a centrarnos en el momento (hic et nunc), observar y apreciar con detenimiento la belleza y maravillas de la naturaleza (plantas, ríos, arroyos, pájaros y otros habitantes del bosque) y formar parte del movimiento “slow” para que conseguir que el tiempo fluya subjetivamente de forma más lenta.
Dicha corriente cultural (slow) promueve calmar las actividades humanas vinculadas con el consumismo y la productividad. Propone tomar el control del tiempo en vez de someterse a su tiranía, dando prioridad a las actividades que redundan en el desarrollo de las personas, encontrando un equilibrio entre la utilización de la tecnología orientada al ahorro del tiempo y el tomarse el tiempo necesario para disfrutar de actividades como pasear o socializar. Ello incluye actividades meramente contemplativas como disfrutar de la naturaleza o conversar con otras personas, conocerlas mejor e interesarse por sus vidas, promoviendo la empatía y la prosocialidad.
Tener plantas de interior en casa puede tener un efecto beneficioso en el estado de ánimo de las personas. ¿Podría explicar cuál es este efecto y qué otros beneficios pueden aportar las plantas de interior en el bienestar general de las personas, desde el punto de vista de la psicología científica? Además, ¿cómo se relacionan estos efectos con los beneficios de la práctica del shinrin-yoku en la naturaleza?
Por definición, cualquier planta o arbusto es capaz de sintetizar fitoncidas, dado que tiene que defenderse del estrés potenciales patógenos vegetales como hongos y bacterias que pueden atacarlas. Sin embargo, a parte de las plantas de interior, hay evidencias de que determinados aceites esenciales cuando se volatilizan con un difusor de aromaterapia son capaces tener una capacidad citotóxica y prooxidante para células cancerígenas, bacterias, parásitos o insectos, y ello les convierte en excelentes antisépticos y antimicrobianos para uso personal, (purificar el aire, higiene personal, o como insecticidas).
Entre dichos aceites esenciales puros destacan el ciprés, la lavanda, la menta, la citronela, el romero, el geranio, la naranja, el mirto, la albahaca, el Ylang-Ylang, el limón, la galanga, el vetiver, Jengibre, pimienta negra, o la Cúrcuma, entre otros por su capacidad modular el estado afectivo o fisiológico (algunos son estimulantes, como la menta y otros relajantes como la lavanda y el aceite esencial de romero, que reducen los niveles de cortisol).
Por último y, para terminar, ¿Cuáles son sus sitios preferidos para las prácticas del shinrin-yoku?
Mis sitios preferidos son los bosques de la zona de Cortes de Pallás (con sus imponentes ruinas del Castillo de Chirel) y el maravilloso crucero fluvial de 30 kms por los cañones del rio Júcar entre Cofrentes y Cortes de Pallás, los bosques mediterráneos de pinos frondosos entre Yatova y Requena (con especial referencia al paraje natural municipal de Tabarla) o los bosques de alcornoques del parque natural de la Sierra de Espadán entre Almedíjar y Aín.
Tenemos un patrimonio natural que hay que preservar de incendios y contaminación a toda costa para poder disfrutar de nuestros bosques y beneficiarnos de los efectos de las fitoncidas sobre nuestra salud física y mental.
Otros artículos sobre los baños de bosque
Shinrin-yoku o baños de bosque, por Ana Orduña Ruiz, José María Marcos Insa y David Marco Chico.